Son muchas las causas por las que nuestro PC puede volverse cada vez más perezoso y lento. Una de ellas es que el hardware con el que está equipado no sea suficientemente potente para mover todas nuestras aplicaciones y sistema operativo, mientras que, por otro lado, puede que las causas estén del lado del software o del propio sistema. A continuación, vamos a mostrarte algunos trucos o recomendaciones para acelerar Windows 10 y así conseguir mejorar el rendimiento de tu ordenador.

Limpia tu ordenador

Hoy en día son muchos los usuarios que usan este sistema operativo de Microsoft que aún no conocen algunos de los mejores secretos para asegurarse de sacarle todo su potencial. También es habitual desconocer las distintas formas de aprovechar las herramientas que el sistema ofrece para mejorar de manera significativa su rendimiento. Todo ello lo vamos a ver en las siguientes líneas.

Antes de eso, es importante saber que, probablemente, tengas el ordenador lleno de basura que puede estar provocando que vaya mucho más lento de lo que debería. Por eso, debes utilizar un antivirus, vigilar los virus, limpiar los programas que no usas y evitar todo lo que no es necesario o está entorpeciendo el uso de tu ordenador. Para ir poco a poco, primero te enseñamos a limpiar el equipo de distintas maneras.

Buscar virus y revisar antivirus

Que tu PC se haya vuelto lento puede ser causa de que ha sido infectado por algún virus o malware. Por lo tanto, es recomendable pasarle al equipo un antivirus para detectar y limpiar cualquier infección que pueda haber.

Por defecto, Windows 10 y 11 cuentan con su propio antivirus preinstalado, Windows Defender, sin embargo, son muchos los usuarios que prefieren instalar otras herramientas alternativas de seguridad. Toda precaución es poca, pero debes saber que muchos antivirus son los responsables de que el ordenador se vuelva más perezoso debido a la cantidad de recursos que utilizan y a la necesidad de estar siempre ejecutándose en segundo plano.

Por lo tanto, aunque es recomendable pasar un antivirus para eliminar cualquier amenaza o malware que esté haciendo que tu PC vaya más lento, es importante valorar el hecho de quedarnos simplemente con Defender como herramienta de seguridad. Como alternativa, lo que podrías hacer sería buscar un antivirus que no ralentice demasiado el equipo.

En cualquier caso, si Windows Defender no te convence o te parece insuficiente, no es necesario que te quedes sin antivirus. Simplemente tienes que elegir uno que no consuma demasiados recursos. Por suerte, actualmente hay una amplia oferta de estos programas. Algunos de los que menos ralentizan la CPU son, por ejemplo: Kaspersky, F-Secure, Sophos, ESET, Avast!, Panda en su versión gratuita, o BitDefender. Aunque hay muchos más, lo ideal es que pruebes los gratuitos y decidas así el que más te convenza.

Por otro lado, tenemos que huir de otros que sí que generan un impacto negativo en el rendimiento de nuestro sistema, como los antivirus de McAfee o Kingsoft. Y no se trata de que sean buenos o malos programas, sino de que consumen muchos recursos. Pero si no tienes problemas de este tipo y tu ordenador es lo suficientemente potente, no hay motivos para no probarlos.

Además de que los equipos con el sistema operativo de Microsoft también tienen la Herramienta de eliminación de software malintencionado con la que puedes analizar tu ordenador, incluso cuando no tengas un antivirus como tal. Aunque, esta función solo la recomienda el fabricante como complemento a un programa de seguridad, ya que no protege en tiempo real y solo sirve para eliminar un malware una vez que el equipo ya está infectado. Si quieres escanear el PC, solo tienes que pulsar las teclas Windows + R para que se abra Ejecutar. Luego escribe MRT y ya tendrás acceso a esta herramienta de Windows.

Optimizar el arranque de Windows

Son muchos los programas o aplicaciones que al instalarlas en el ordenador llevan activada por defecto la opción de iniciarse con el arranque de Windows. Esto hace que, de buenas a primeras, te encuentres con que tu PC se vuelve muy lento a la hora de arrancar. También podrías apreciar que gasta recursos que de otra forma podrían aprovecharse para que tenga un mejor arranque. Por lo tanto, para conseguir acelerar el sistema operativo, es importante eliminar todos los programas que se ejecutan al encender el ordenador.

Para ello, simplemente tienes que abrir el administrador de tareas y, desde la pestaña Inicio, vas seleccionando todos aquellos programas que se ejecutan en el inicio. Luego tienes que hacer clic sobre cada uno de ellos para seleccionar la opción Deshabilitar. También es posible ir a cada uno de los programas y buscar entre sus ajustes la opción que permite indicar si queremos que se arranque con el inicio de Windows o no.

acelerar windows 10
Además, Windows 10 cuenta con una opción especial que puedes activar para mejorar la velocidad de arranque del sistema: el Inicio rápido. Para activarla, debes seguir estos pasos:

  • Abre el apartado de Configuración de Windows
  • Ve a la primera sección: Sistema
  • Aquí, en el menú, busca «Inicio/apagado y suspensión»

Dependiendo de la versión de la plataforma que tengas es posible que debas ir al Panel de Control y de ahí a Opciones de energía y configuración de sistema, llegando a una pantalla como la que verás a continuación.

Esto te mostrará una nueva ventana en la que puedes elegir entre los distintos planes de energía, pero, además, también encontrarás la sección de Configuración de apagado. Allí es donde vas a encontrar la opción de activar el inicio rápido. Una vez marcada esta casilla, pulsa en Guardar cambios y a partir de ese momento estarás contribuyendo a acelerar Windows 10, sobre todo en su arranque.

A continuación, te explicamos otra forma de activar el modo de «arranque o inicio rápido» de Windows 10 en algunas configuraciones donde se encuentra deshabilitado. Por ello, si tu ordenador está comenzando a ralentizarse tal vez sea una buena idea habilitar esta opción. Para activar el modo de arranque rápido solo deberás seguir los pasos que te explicamos a continuación:

  • Primero, tendrás que escribir en la barra de tareas «Configuración de Energía y suspensión» e inmediatamente, en el desplegable que aparecerá pulsar sobre dicha opción.
  • Después, tendrás que bajar en el menú hasta encontrar la opción «Opciones de configuración relacionadas» y posteriormente pulsar en «Configuración adicional de energía».
  • En la columna izquierda deberás hacer clic en la opción «Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado».
  • Ahora, tendrás que hacer clic en «Cambiar la configuración actualmente no disponible». Aparecerán nuevas opciones en la sección «Configuración de apagado», situado en la parte inferior del menú.
  • Llegados a este punto, tendrás que hacer clic en «Activar el Arranque rápido» si aparece disponible.
  • Por último, será el momento de reiniciar el ordenador para que los cambios se guarden.

De esta forma, podrás acelerar el proceso de arranque. Aunque debes tener en cuenta que este inicio supone que el sistema no se apaga del todo, sino que permanece en un estado de «hibernación». Por tanto, no es conveniente utilizar este arranque a diario.

3 Responses

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